Empezaron en el garage de su casa, compraban la semilla del cacao, la tostaban en el horno de su cocina y hacían su propio chocolate. Los amigos decían "esto es increíble" y les decían que iban a terminar abriendo su propia fábrica de chocolates. Pues es lo que hicieron.
Vieron que los grandes usaban la semillas más económicas y por eso debían tostar mucho las semillas. Para tapar ese tostado excesivo, lo tapan con mucho azúcar. (lee las etiquetas de chocolates que tengas a mano...)
Estos chicos decidieron que querían hacer lo contrario, buenas semillas, con un tostado suave, dejando un chocolate al 70% con poco azúcar. Y dejar que el sabor de la baya esté bien presente.
Y no se achicaron. Abrieron un local a la calle con la misma fábrica allí mismo. A la vista de todos.
Y se adaptaron en algunas cosas actuales y otras no. Consiguieron una máquina para envasar de 50 años de edad que pueda manejar papeles hechos a mano de la india ( que no son todos idénticos y eso es lo lindo!, pero las máquinas nuevas no soportan papeles no idénticos y por eso no sirven) Así que después de envasar cada chocolate a mano durante un tiempo, en vez de doblegarse y poner un papel industrial, y ser uno más, consiguieron una antigua máquina.
Eso se llama conservar tu identidad de marca.
Ah! el chocolate es increíble, hay que probarlo. Están en the mission, en California.
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